Page 179 - LIBRO BLANCO 2018

liBRo BlanCo de la salud Visual en esPaÑa
2019
endotropía infantil debe ser remitida al oftal- mólogo, y sería engañar al paciente si actuamos de otro modo”, advierte Cacho, quien añade que “más que un reto para el profesional, el óp- tico-optometrista debe ser consciente de que estas disfunciones de la visión binocular existen y, por tanto, de que cualquier persona a quien realice el examen visual puede presentar algu- na de estas anomalías. Por ello, independiente- mente del tipo de consulta en la que desarrolle su labor, el óptico-optometrista debe ser capaz de diagnosticar estas disfunciones y ofrecer el tratamiento más adecuado en cada caso”.
El diagnóstico de las disfunciones de la visión binocular, bien sea una disfunción acomodati- va, binocular no estrábica o estrábica, puede y debe detectarse de forma rutinaria en un exa- men optométrico. “Simplemente con un cover test o unos flippers puede conocerse por dón- de puede ir el problema visual. Y en función de estos resultados se pueden hacer otras pruebas para afinar el diagnóstico”, asegura Cacho. En cualquier caso, las herramientas que necesita un óptico-optometrista para el diagnóstico de estas disfunciones son instrumentos básicos de los que disponen muchos profesionales en su con- sulta, como un oclusor y una barra de prismas o el foróptero para algunas pruebas. Sin embargo, para dedicarse específicamente al tratamiento de este tipo de anomalías, se necesitan algunos tests o instrumentos específicos.
Una vez detectado el problema, en líneas ge- nerales (aunque dependiendo del caso) el tra- tamiento de las disfunciones de la visión bino- cular puede ir desde la prescripción de un error refractivo no corregido a la prescripción de una adición, de prismas o el uso de terapia visual. En las disfunciones binoculares estrábicas, depen- diendo del diagnóstico, algunos tratamientos pueden incluir también el tratamiento con oclu- sión”, explica la profesora de la Universidad de Alicante, quien recuerda que la duración del tra- tamiento variará en función del diagnóstico y del paciente, aunque, “por lo general no suelen ex- ceder los cuatro meses. En los casos en los que
opinión del experto
Los retos de La Formación académica
pilAr CACho mArtíneZ
Óptico-optometrista.
Doctora en Salud Pública por la Universidad de Alicante (UA) . Profesora titular en la UA.
Hoy en día los planes de estudio de los diferen- tes grados existentes, aunque con diferencias entre algunos, incluyen una formación muy adecuada en cuanto a la visión binocular, tan- to de forma teórica como práctica. Por tanto los nuevos profesionales están perfectamente preparados para el abordaje de estos proble- mas visuales en la práctica clínica. Sin embargo, hay margen de mejoría, pues se podría aumen- tar la parte clínica; es decir, poder abordar estas disfunciones no solo con un buen número de horas prácticas durante los estudios univer- sitarios, sino también en ámbitos clínicos con pacientes reales que presenten estas disfun- ciones. Ciertamente en algunos centros uni- versitarios de nuestro país esto es una realidad. Además, relacionado con el ámbito de la visión binocular, sí sería necesaria una formación en cuestiones sobre epidemiología de la salud visual, no solo para entender muchas de las investigaciones que se realizan actualmente en este campo sino también para que los pro- fesionales puedan embarcarse en investigacio- nes clínicas realizadas adecuadamente.
MÁS CONCIENCIACIÓN DE LA SOCIEDAD
La falta de conciencia social es un punto de debilidad en nuestro ámbito profesional. La sociedad, bien sean los padres, los maestros, los pediatras o la población en general, deben conocer y entender mejor estos problemas visuales, para que lleguen a comprender me- jor que estas disfunciones visuales puedan afectar de forma importante a una persona. Por tanto, ciertamente necesitamos de cam- pañas de información a los pacientes para que conozcan la existencia de estos problemas visuales y la necesidad de detectarlos. Y en este sentido, que conozcan que el óptico-op- tometrista es el profesional sanitario formado adecuadamente para su correcta detección.
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