Page 191 - LIBRO BLANCO 2018
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                liBRo BlanCo de la salud Visual en esPaÑa
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 plazo, “algunos estudios sugieren que, debi- do a la cantidad de luz azul (más energética) que emiten estos dispositivos, se podrían producir daños irreversibles en la retina”. Mientras tanto, “las consecuencias a cor- to plazo son todas las que se incluyen en la propia definición del SVI, como la sequedad ocular, el dolor de cabeza, la visión borrosa, etcétera... Y son iguales para adultos y niños en función del tiempo que pasen utilizando los dispositivos, los descansos que realicen y la adecuación del lugar en el que hacen uso del mismo, así como de la configuración de las pantallas”, puntualiza la experta.
heRRamienTas de PReVenCión
Para frenar a tiempo el avance del SVI, resul- ta decisivo ser consciente de los síntomas que provoca en nuestra visión. Por eso, es importante advertir a los usuarios de que “si no están cómodos en una postura, no hay que mantenerla indefinidamente. Es nece- sario romper la concentración en la tarea, parpadear, cambiar de actividad durante un rato, es decir, descansar. Es fundamental ser consciente de la postura, de la distancia de trabajo y del confort. Si se trata de un niño, es importante hacer que sea consciente de ello”, recomienda Enrique Orellana.
Así, los expertos coinciden en que los descan- sos programados son imprescindibles para disminuir el riesgo de padecer el síndrome o conseguir que los síntomas no se agraven. En concreto, tal y como explica Cristina Álvarez, “se aconseja que los usuarios de cualquier tipo de pantalla hagan descansos habituales siguiendo la norma 20/20/20: Apartar la mira- da de la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros)”.
Pero eso no es todo ya que, además, cuando se trabaja de forma prolongada con el orde- nador es importante aplicar otros consejos relacionados con la iluminación, evitando en la medida de lo posible los reflejos en las
 opinión del experto
aLerta proFesionaL ante eL svi
CriStinA álvAreZ
Óptico-Optometrista y Química. Doctora en Ciencias de la Visión. Universidad Europea (Madrid).
Los ópticos-optometristas de nuestro país tienen un buen conocimiento del Síndrome Visual Informático (SVI), aunque debido a la variedad de síntomas que incluye, a ve- ces es difícil de diagnosticar. El que exista conciencia del síndrome, eso sí, no implica que no sea necesaria la formación continua en ese ámbito. Debemos tener en cuenta la velocidad a la que evolucionan los dispo- sitivos que producen el SVI, por lo que la sintomatología asociada e incluso la defi- nición del síndrome podrían variar con la introducción de los nuevos dispositivos tecnológicos que se lanzan cada año al mercado: móviles, tablets, consolas portá- tiles de videojuegos, etcétera. Esto obliga a los profesionales de la visión a analizar de forma constante las repercusiones que esos avances tecnológicos tienen en los usuarios y, por tanto, a mantenernos for- mados de manera continua.
PREVENCIÓN PROFESIONAL
DE LA SALUD VISUAL
Desde mi punto de vista, el papel que puede y debe desarrollar el óptico-opto- metrista como profesional de atención primaria en salud visual y agente preven- tivo del SVI resulta clave. Se debería apro- vechar cada visita del paciente o usuario al establecimiento sanitario de óptica para informarle al respecto de las connotacio- nes, signos y síntomas de este problema. En la historia clínica de cualquier paciente se deben incluir los datos del uso de panta- llas y actualizarlos en cada una de sus visi- tas. Además, el profesional debe explicar a las personas que usen durante más de dos horas diarias estos dispositivos, lo que es el SVI y las formas en las que podemos pre- venir su aparición.
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