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 rapia visual es la insuficiencia de convergencia (IC), la cual es una anomalía del sistema binocular que se caracteriza por una capacidad reducida de los ojos para girar en la misma dirección uno hacia al otro o mantener la convergencia. Existen muchos estu- dios que evalúan los resultados de la terapia visual en IC, entre los que incluyen varios ensayos clínicos aleatorizados y un metaanálisis. Toda esta produc- ción científica es consistente con el nivel máximo de evidencia científica de acuerdo con las directri- ces de la US Agency for Health Research and Quality, correspondiéndose con un nivel de evidencia Ia, no pudiéndose poner en duda la efectividad de la te- rapia visual en este caso. Además de la IC, existen estudios sobre la efectividad de la terapia visual en otras condiciones como exceso de convergencia o in- suficiencia de divergencia, siendo la mayoría de ellos series de casos, lo que supone una evidencia científi- ca más débil, siendo aún necesario la realización de ensayos clínicos controlados y aleatorizados en este ámbito. La evidencia científica publicada sobre el uso de la terapia visual en estrabismos manifiestos (no incluyendo las exotropias intermitentes en lejos) se limita a casos clínicos, en los que se combinan varias opciones terapéuticas (terapia visual, prismas, cirugía). De hecho, en una gran mayoría de los casos clínicos reportados se muestra el efecto beneficioso de la combinación de la cirugía de estrabismo con la terapia visual, mostrándose la sinergia del efecto de alineamiento quirúrgico y la posterior rehabilitación del sistema de vergencias y acomodativo.
En el campo del ojo vago o ambliopía, resulta ro- tundamente FALSO que la terapia visual no posea evidencia científica o ésta sea de pobre calidad, tal y como es aseverado desde algunos ámbitos. Sin embargo, también es FALSO que la terapia visual sustituya a la terapia con parche convencional, tal y como se afirma desde los enfoques comportamen- tales, puesto que hasta la fecha no existen ensayos clínicos controlados y aleatorizados que comparen parche versus terapia visual. La evidencia científica existente hasta la fecha se basa desde el manejo de entrenamiento vergencial-acomodativo clásico hasta la estimulación visual empleando entornos de apren- dizaje perceptual o manejos dicópticos con estímu- los con características específicas, sin que sea váli- do cualquier tipo de videojuego para entrenamien- to. Por tanto, mientras no existan ensayos clínicos comparativos parche vs. terapia visual, no se puede promocionar la terapia como opción única de tra- tamiento que evita las demás, incluyendo todo tipo de penalizaciones. De hecho, este tipo de reclamos publicitarios genera conflicto interprofesional y su- pone objeto de descalificación al uso de la terapia
visual en ambliopía. De todos modos, también hay que remarcar que el uso de la terapia visual es una opción terapéutica que no debería obviarse en la ambliopía, puesto que su beneficio está demostrado, especialmente cuando se combina con parche.
Por último, y no menos controvertido, resultan los reclamos, principalmente desde el ámbito de la op- tometría comportamental, de la “supuesta” eficacia de la terapia visual para el tratamiento de los problemas de aprendizaje. El diagnóstico de los problemas de aprendizaje es un proceso complejo que requiere en muchos casos el apoyo multidisciplinar, incluyendo el papel del óptico-optometrista. Pero esto no debe confundirse con que el óptico-optometrista puede diagnosticar y tratar problemas de aprendizaje, puesto que dicha función no entra dentro de sus competen- cias conforme a la legalidad actual. El óptico-opto- metrista puede caracterizar y manejar las anomalías visuales asociadas a los problemas de aprendizaje, las cuales no son siempre la etiología o causa del problema de aprendizaje, sino que son un problema añadido en la rehabilitación del paciente.
Por otro lado, existen diversas series de casos, estudios comparativos y ensayos clínicos controlados y aleato- rizados que también avalan la recuperación de la fun- ción visual y oculomotora en diferentes condiciones de daño cerebral, tales como el daño traumático ce- rebral leve, siendo en ese caso el uso de la terapia vi- sual exclusiva para paliar cierta sintomatología visual asociada a estos cuadros de daño cerebral por presen- cia de alteraciones en convergencia, oculomotricidad y acomodación. Sin embargo, jamás se podrá aseve- rar que la terapia visual trata el daño cerebral, algo comentado en algunos foros y que es completamente incorrecto, falso y con falta de ética.
CONCLUSIÓN
Jamás debe ponerse en duda la terapia visual, sino el mal uso de la misma que pueda realizar cual- quier profesional, así como la incorrecta denomi- nación de terapia para cualquier tipo de entrena- miento sin base científica. El óptico-optometris- ta posee la formación universitaria requerida y la competencia legal para el desarrollo de este tipo de opción de manejo de problemas visuales, no de- biendo ponerse en duda su profesionalidad, ética y respeto por el paciente al respecto. 
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DOCUMENTOS
546Gaceta de OptometríaABRIL 2019
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