Page 166 - LIBRO BLANCO 2018

ReTos de la oPTomeTRÍa
la conducción diurna se pone de manifiesto toda una escena en la que el sistema central y el periférico trabajan en conjunto”. Conducción nocturna: También denomina- da visión mesópica, está por debajo de diez cd/metro cuadrado, es decir,
una escena con luz reducida aunque sin llegar a ser plena oscuridad. “En las condicio- nes de baja iluminación entra en juego el sistema de basto- nes, es decir, las neuronas re- ceptoras de la retina que son las responsables de la visión nocturna. Éstas están unidas a unos niveles muy buenos de sensibilidad, porque con- vergen mucho a la hora de procesar la información, pero sin embargo resuelven muy mal y no tienen capacidad para ver y procesar el detalle.
En estas condiciones de baja luz se advierte una falta de color en las zonas que no están iluminadas, así como mucho más riesgo de deslumbramiento”, explica la investigadora. En cualquier caso, cuando se realiza un largo
viaje, es necesario hacer pa- radas, sobre todo cuando las condiciones meteorológicas, como lluvia, niebla o sol de frente, nos obligan a reali- zar un mayor esfuerzo de concentración. “Esa mayor exigencia de concentración provoca un menor parpa- deo, hasta el punto de que se divide entre dos el par- padeo normal de las perso- nas. Como consecuencia, al parpadear menos la lágrima es peor y se produce borro- sidad, de ahí que el descanso sea fundamental. Por eso,
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Realizar un control anual de la visión a cualquier edad es un hábito que debería formar parte de la rutina de todas las personas. Es muy importante para la posible detección precoz de patologías.